DisturbiKa-Ciones

A lo largo (o corto, depende de como se mire) de mi vida, he aprendido un sinnúmero de importantes lecciones. He aprendido que no siempre quienes están contigo en las malas son tus verdaderos amigos. He aprendido que una verdadera amistad no muere con la distancia (aunque no opino lo mismo del amor). He aprendido que cuando amas lo que haces nunca vas a tener que trabajar. Pero creo que la mejor lección ha sido entender que, cuando asumes las cosas, cuando te decides por una cosa en particular, eso ocurre, inevitablemente.

Me explico.

1. Hace un par de años, el que fuera mi primer y unico novio formal (formal en el sentido de que mi familia lo conocia y su familia me conocía), me dejó sin razón aparente. De repente él decidió (de manera unilateral y arbitraria) que no podíamos seguir juntos. Ya fuere porque estaba un poco enamorada de él, o porque odio tener que dar explicaciones del por qué de las cosas, aquello me afectó mucho. Al grado de que nunca pude volver a tener una relación estable y duradera.

La sombra de ese ex y el recuerdo de su abandono no me permitían desarrollar ningún tipo de sentimiento demasiado profundo por ningún hombre que se apareciera en mi camino... por bueno que fuera. Durante tres años y pico, siempre hubo una razón para terminar todas mis relaciones, por buenas que fueran o parecieran, antes de que el sujeto en cuestión me dejara. Eso hasta el momento en que tomé la decisión. Cuando asumí que el problema de que mi ex se haya ido era suyo y no mio, cuando decidí que las inseguridades de un hombre pasado no podían mantenerme alejada de la felicidad, cuando decidí darle un chance al amor... entonces apareció Erard. De la nada, simplemente llegó hace casi 9 meses, y por aquí seguimos.

2. Yo, como muchas otras personas, veo (o veia) la felicidad desde los ojos de una tercera persona. "Estar feliz" era un estado de ánimo que dependía de lo que otra persona pudiera decir, hacer o pensar que estuviera directamente relacionado conmigo. De este modo yo pasaba de estar feliz, a estar triste/molesta/deprimida luego de cualquier picada de ojo.

Cuando decidí asumir la felicidad como un estilo de vida, en vez de un variable estado de ánimo, cuando asumí que la felicidad está en MI... las cosas cambiaron drásticamente y para siempre. En ese momento dejé de "estar feliz" para pasar a "ser" la persona feliz que soy ahora. Claro que tengo mis momentos (quien no los tiene) pero aprendí a no dejar mi felicidad en manos de otra persona, sino hacerme responsable de eso. Entonces, para todos aquellos que se preguntan (y me preguntan) por qué yo siempre tengo una sonrisa en la cara, porque dejé de deprimirme hace un año, por qué las cosas que otros digan de mi no me afectan... la respuesta es simple: mi felicidad depende de mi, no de otros, y como yo decidi ser feliz... pues ni modo. (lol!)

3. Esta es una parte que tooodo el que lee esté blog conoce. Yo soy abogada "enganchada" a periodista. Escribir siempre ha sido mi gran pasión. Estudié Derecho (no me pregunten la razón) y luego de graduarme, trabajando en eso que estudié, me sentía muy poco realizada, y con muy pocas ganas de echar para alante. Cuando decidí tomar control de mi vida, hacer lo que me gusta y olvidarme de lo que iba a decir la gente si cambiaba de carrera, entonces llegó Messenger Mag, mi actual trabajo. Luego de un año trabajando en un medio de comunicación he aprendido más cosas, conocido más gente, ganado más dinero y cosechado más satisfacciones de las que pudieron ser si hubiera seguido en aquella oficina de compras internacionales.

Qué digo? Que a veces hacer que las cosas pasen es tan sencillo como decidir que queremos que pasen.