Anoche tuve un sueño (y no precisamente de una noche de verano)....
Soñé que las estrellas no eran estrellas... estaban rodeadas de algo que no sé lo que era pero que no permitía que disfrutara de ellas como hago cuando no estoy muy contenta.
En ese momento mami entró a la habitación -obviamente, me desperté- y desapareció el sueño... pero cuando volví a dormir volví a soñar...
Soñé que mi sobrinita entró a mi casa como siempre y me dijo "Tía. ya yo no te quiero" Se me rompió el alma cuando me dijo eso, y me puse a llorar
Gracias a Dios la luz se fue y el A/C se apagó, y me desperté otra vez. (Digo gracias a Dios, porque no hubiera soportado medio segundo más de un sueño en el que mi sobrina me diga que no me quiere)
Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza. El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver establecimientos ni jardines, ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores. Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra. Sucede que me canso de ser hombre. Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de oreja. Sería bello ir por las calles con un cuchillo verde y dando gritos hasta morir de frío. No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño, hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra, absorbiendo y pensando, comiendo cada día. No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba, de subterráneo solo, de bodega con muertos ateridos, muriéndome de pena. Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel, y aúlla en su transcurso como una rueda herida, y da pasos de sangre caliente hacia la noche. Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas
,a hospitales donde los huesos salen por la ventana, a ciertas zapaterías con olor a vinagre, a calles espantosas como grietas. Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras olvidadas en una cafetera, hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos. Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido, paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias.
Pablo Neruda
Sorry a todo el que entra a leer las tonteras que escribo... hoy no estoy en ese mood de escribir... y Neruda lo dijo mejor que nadie.... Hoy me cansé de ser. Mañana veremos...
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bajaste poetica, y realista asi es la vida, me gusta tu blog